ATACMS, ¿el polémico misil que EE.UU. no quiere vender a Ucrania?

Meses después de la llegada del sistema de lanzamisiles HIMARS, las fuerzas ucranianas buscan duplicar la escala de la guerra y llevarla al siguiente nivel. En este contexto, el gobierno ucraniano solicitó a Estados Unidos el envío de misiles tipo ATACMS.
Estas rondas se dispararon desde las plataformas de armas MLRS M270 y M270A1 y fueron creadas por Lockheed Martin. A diferencia de sus antepasados, pueden alcanzar los 300 kilómetros.
Además, su velocidad máxima supera los Mach 3 -unos 3600 km/h- y su sistema de navegación se apoya en GPS. Participó en varios conflictos: Guerra del Golfo Pérsico, Guerra en Afganistán, Guerra de Irak.
Actualmente, ninguno de estos Sistema de Misiles Tácticos del Ejército, es decir, su abreviatura, está desplegado en el territorio de Ucrania, y la probabilidad de su despliegue en el futuro sigue siendo relativamente baja. Sin embargo, el ejército ucraniano no perdió la esperanza.
Desde el gobierno de Joe Biden, en línea con lo revelado por el Pentágono, argumentan que la entrega de este tipo de misiles -conocidos como “lluvia de acero”– es una “línea roja” que no pueden cruzar. “Los ucranianos tendrán la oportunidad de atacar territorio ruso. Es un objeto casi prohibido”, precisaron a The Washington Post.

Un fincionario del Pentágono cuestiona el ataque de Rusia a Vinnytsia
Un funcionario del Pentágono negó las acusaciones de Rusia de que el ataque de Vinnytsia, que según Kiev mató a 23 personas, tuvo como objetivo una fuerza aérea ucraniana que se estaba reuniendo en una ciudad lejos de las líneas del frente.
«No tengo indicios de que había un objetivo militar cerca de allí», dijo a los periodistas el funcionario, que pidió no ser identificado.
«Parecía un edificio de apartamentos», dijo el funcionario, y agregó que Rusia llevó a cabo el ataque con misiles el jueves desde un submarino. Incluyendo el ataque de Vinnytsia, se estima que entre 100 y 150 civiles ucranianos han muerto en los bombardeos rusos durante los últimos siete a 15 días, según datos disponibles públicamente.
FUENTE: LA NACION