El historial de Chucky: de tomar rehenes a los 14 años a integrar una banda de secuestradores y morir en un robo

Con solo 14 años, hace casi dos décadas, Miguel Ángel Burgo había sido noticia después de protagonizar, junto con dos cómplices, una toma de rehenes en un supermercado de Lanús donde la banda había entrado a robar. Como era menor de edad, en ese momento se lo conoció por su apodo de Chucky, como el personaje de la película de terror. En 2008 fue detenido nuevamente por integrar una banda de secuestradores. Cumplió la condena en julio de 2018. El sábado pasado murió al ser apuñalado por una víctima que había emboscada en una falsa operación de venta de un automóvil, hecho ocurrido en la localidad de Dock Sud, en Avellaneda.
“Padece graves problemas de alcoholismo”, habían dicho fuentes judiciales citadas por la agencia de noticias Télam cuando fue detenido en 2002 tras haber tomado de rehenes a 19 personas en Lanús. Tenía apenas 14 años. Ante la jueza de Menores de Lomas de Zamora Marta Pascual dijo, entonces, que solo quiso robar y que no pensaba matar a nadie.
El hecho había ocurrido en un supermercado de la desaparecida firma Eki, situado en Pavón al 2300, en Lanús, donde tres jóvenes delincuentes ingresaron a robar y, decidieron tomar como rehenes a empleados y clientes tras fracasar el plan criminal
La toma de rehenes duró cinco horas, hasta que los ladrones se entregaron a la policía bonaerense.
En 2008, Chucky volvió a ser detenido y por un tiempo largo no saldría en libertad. Junto con otros ocho sospechosos fue acusado de integrar una banda dedicada a los secuestros exprés en la zona sur del conurbano.
La organización criminal estaba acusada de haber protagonizado, por lo menos, cuatro secuestros en 30 días. En todos los casos, los delincuentes capturaron a sus víctimas al voleo, las llevaron a un sitio de cautiverio y tras seis o siete horas de negociación y pago de rescate, las liberaron. Chucky, también conocido por el apodo de Miguelito, habría sido el delincuente encargado de negociar con los familiares de las víctimas.
Burgo estuvo preso primero en cárceles del Servicio Penitenciario Federal (SPF), pero en abril de 2014 pasó a la órbita del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB). En julio de 2018, al cumplir la pena, recuperó la libertad desde la Unidad 17, situada en Urdampilleta.
En las últimas horas, volvió a ser noticia cuando se confirmó que murió apuñalado por una víctima a la que quiso estafar en una supuesta venta de un auto.
Voceros judiciales informaron a Télam que un hombre 58 años junto a su hijo de 26 y otro joven se dirigieron Dock Sud y llegaron a un lugar situado en cercanías de la autopista Buenos Aires-La Plata para concretar la compra de un automóvil Peugeot 206, tras una negociación por medio del sitio Marketplace, de Facebook.
El presunto vendedor los había citado en ese lugar y padre e hijo se bajaron de la camioneta para esperarlo, mientras el joven que los acompañaba se quedó en las inmediaciones con el dinero. En esas circunstancias, ambos fueron sorprendidos por cuatro asaltantes armados que llegaron al lugar en dos motos, y que luego de intimidarlos les exigieron el dinero y las pertenencias.
Ante esa situación, padre e hijo comenzaron a forcejear con los ladrones y resultaron baleados, al tiempo que lograron herir a uno de los delincuentes, aparentemente con un arma blanca. Todos los asaltantes escaparon del lugar y el ladrón herido finalmente cayó muerto a unos 200 metros, en la esquina de las calles 25 de mayo e Hiroshima.
En tanto, las víctimas fueron trasladadas al hospital Fiorito de Avellaneda, donde el joven de 26 años ingresó con una herida de arma de fuego en la mano derecha, otra en el tobillo izquierdo y otras tres en la pelvis, con orificio de entrada y salida. Mientras que su padre sufrió un impacto de bala en la mano derecha y otra en el abdomen, con orificio de entrada y salida. Estaban estables, sin riesgo de vida.
Poco después fue identificado el delincuente muerto como Miguel Burgo, tristemente conocido como Chucky. La investigación de los hechos está a cargo de la fiscal de Avellaneda Alejandra Olmos Coronel.
Source: economia